lunes, 11 de enero de 2016

La Exploración y su incertidumbre.

Hoy lunes, con una mañana gris y algo tranquila leo, que en la tierra de mis ancestros a fallecido explorando un gran buzo italiano en una caverna en Suiza, Giancarlo Borgio, un buzo un poco más joven que yo.  Al leerlo y ver su foto,  siento esa sensación que tienen quienes se aventuran más allá de los límites establecidos, que no hay limites para los sueños y no hay barrera que a uno lo detenga en su conquista, sabemos que ese camino tiene un costo, pero estamos dispuesto a pagarlo y sentir esa última inhalación de vida como significado de nuestro camino. 




Volviendo a lo que quería plantear sobre "La exploración",  es que es esta probablemente es el reflejo del alma de cada explorador, donde brotan esas inquietudes ocultas sobre el pasado, lo desconocido o aquellas cosas que leímos en viejos libros llenos de misterios que despertaron nuestra imaginación a un nivel tal, que nunca hemos dejado de soñar.  Es por ello que trazarse una ruta en busca de un objetivo se transforma en quienes exploraran como un camino sagrado, el cual puede tener pequeñas desviaciones pero no tal que a uno lo saque del camino. Sin duda Giancarlo sabia lo que hacía y los riesgos, debió entrenar muy duro y dedicar su tiempo libre en la totalidad a entrenar, un error o una falla le dio su último suspiro, pero esto no es un muro para quienes exploran y seguirán explorando, es solo una advertencia que si creen que entrenan duro deben saber que deben entrenar mas duro.


Es por ello que el grupo de personas que exploran son de un carácter especial, pueden sonar egocéntricos, duros, silenciosos e incluso muy lejanos. Por que es tal su dedicación a los que desean alcanzar que habrán muchas cosas que dejaran de lado. Pero por dentro muchas veces llevaran sus cicatrices en silencio, aquellas que la vida les ha ido dando y muchas veces llamamos experiencia, pero como se desenvuelven en un medio hostil no serán heridas superficiales si no más bien profundas y fuertes. 

Es por ello que en esa incertidumbre, aprenden apreciar lo mas sencillo de la vida, como el silencio y el sentir la brisa en la cara. O ese brazo tierno que cobija a quien lleva por dentro un herida y no puede compartirla. O quizás mejor aún, ese beso de la mujer que despierta sus sueños aunque sea en un mejilla en un buen día o en un adiós.


Los dejo, voy a arreglar mis equipos de buceo y a prepararme para sumergirme mañana nuevamente en el mar.


Daniel.

2 comentarios:

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  2. jajajajajaaaaaa.... como tan infantil.... fue un comentario amable y sincero...

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