domingo, 31 de enero de 2016

Muy tarde para un beso.

En aquellos años los domingos eran muy especiales para mi, la veía a ella con sus ojos fuertes, su tez suave como la seda y sus palabras dulces como la más tierna flor de primavera, eran la tónica de esos días que ansiaba cada semana. 


Ir a buscar a mi mejor amigo a donde alojaba para irnos a la Escuela, eran lo que más añoraba, el alojaba en casa de tres bellas hermanas.   Y yo un lobo esterpario que no buscaba nada más que mi propio ser, no dudaba en ir cada día a la casa de quién de a poco me hacía latir ocultamente, aunque mi cuerpo no lo quisiera demostrar, pero cada día que iba me adelantaba cada día más solo para verla a ella con la excusa de ir a buscar a mi carreta, y así buscar entrelazar con ella esas palabras que me encantaban y ver esos dulces labios moverse, como si en cada movimiento me atraparan en un sueño eterno. 

Cada domingo los añoraba, llegar a ese pasaje de casas antiguas y colores suaves, ocultas del sol gran parte del año, pero no lo necesitaban, pues con el brillo de sus ojos iluminaba todo el vecindario..... el tiempo pasaba como inexorablemente caen las hojas de un árbol en otoño.  
Conversaciones y sonrisas intercambiamos una y otra vez, yo en silencio miraba su sonrisa y sus labios y su dulce figura, como deseaba besarla y abrazarla, pero mi interior me lo impedía, no podía pensar en siquiera en ver una lagrima en sus ojos...... yo no sabía cuanto me quedaba, cuanto más mi vida duraría, mi espíritu salvaje no me permitía ver a la flor más bella sufrir.... no podía dejar de desear besarla y decirle lo que sentía por ella, pero mi cuerpo no quería dañarla.... me consumi de a poco...... como una leña en una fogata....de a poco me aleje tanto como pude.  

Ya no hubieron conversaciones ni menos ver el brillo de sus ojos, el destino nos mantuvo cerca, pero yo me mantuve huyendo de ella, como si ese beso que añoraba, en el fondo no lo deseaba dar.  No podía pensar en lagrimas en sus ojos.......Me aleje tanto, que pasaron varios otoños sin ver su sonrisa, en los cuales  divagué por la vida como un errante...... cuando regrese de mi viaje, nada sería lo mismo. No habría beso, no habrían conversaciones, no habría un abrazo soñado........ era tarde, muy tarde ella ahora brillaba en el cielo, era quizás una de esas estrellas que iluminan el camino para un ser errante......quizás muchas veces ilumino el mío cuando he estado perdido .......ya no habría beso..... solo sueños y añoranzas de lo que fue y pudo haber sido.  
Nunca te di ese beso, llegue muy tarde para ti Carolina. 

Daniel Malfanti

viernes, 29 de enero de 2016

Amaneciendo






Que ganas de haber despertado sintiendo tus besos en mi cuerpo.............sentir tu piel junto a la mía.....tus besos bajando por mi cuello......tus manos tocando mi espalda...........
nuestros cuerpos algo acalorados........y sudorosos por una noche de placer prohibido.........por caricias indebidas........si, tu piel y la mía fundidas en el deseo más intimo de la vida.....la lujuria. 


Daniel Malfanti


martes, 26 de enero de 2016

Un beso en una noche fría.

Unos días atrás mientras buceaba un viejo naufragio, marcando una ruta en la más completa soledad, luchaba por concentrarme entre esos viejos y retorcidos fierros, pero al llegar a la proa de ese barco que descansa en el fondo del mar,  no pude evitar que mi mente recordara a esa mujer de ojos azules y cabello al viento, que en un fría noche sureña me había conquistado. Ella solo vestía un simple vestido azul con puntos blancos, le caía con tan suavidad sobre su cuerpo como la nieve que cubre un volcán en una suave ventisca, que mi vista quedo embrujada desde ese momento. 

Seguía avanzado entre cadenas y grilletes, evitando en todo momento enredarme, más ocasionalmente golpeaba contra algún fierro, solo había un metro de visibilidad. Al ver las barandas de proa, esas que evitan que uno caigan agua, ella nuevamente me visita, con esa mirada de dulzura y coquetería, yo giro mi mirada buscándola apoyada en la baranda, pero no esta. 

Mientras recupero la concentración, paso a centímetros de lo fue el cabrestante del barco, ya destruido por el tiempo, pero no por ello menos fuerte que en aquellos años que navegaba este Vapor trasladando a tanta gente. Mira hacia abajo de la proa, mi foco no es capaz de ilumina más de un metro a pesar de su potencia, esta todo muy oscuro. 


Con mi mano izquierda tomo la baranda y me descuelgo, como sin con ello sintiera seguridad, mi equipo que no emite burbujas genera tal silencio que la paz lo inunda todo. Así mientras desciendo me acuerdo de como ella me miraba con esos ojos brillantes y coquetos, y como su mano apretaba la mía, en medio de esa noche fría a orillas del mar, no paso largo rato en que mi brazo la rodeara, y ella se pegara a mi. 


Salieron muchas palabras, ya no recuerdo de que hablamos, pero si del momento en que sus labios tocaron los míos y en que mis manos recorrieron su espalda, éramos jóvenes y apasionados; en eso algo golpea mi cabeza, era la cadena que pasa sobre mi, y en un giro extraño va hacia popa, doy una vuelta a la línea pues llegare al fondo.  Desciendo unos metros más, mi profundimetro marca algo más de 50 metros, solo hay medio metro de visibilidad, en eso veo un ancla pegada al casco, como cuando la abrace a ella así de cerca. El ancla parecía fundirse con el casco oxidado, no pude evitar recordar esos besos de pasión y esas caricias de juventud, que nos llevaron más allá de unos simples besos. Esos que transformaron el frío en calor y las caricias, si las caricias en el más poderoso fuego de pasión.

Mi computador destella, ya es hora de volver, inicio el retorno, por donde vine, como si repitiera los recuerdos que invaden mi mente, tras aleteos suaves y complejos llego a donde empece, veo hacia atrás y justo la visibilidad a aumentado, y me deja ver los restos náufragos con total desnudes, como aquella noche bajo la lluvia en que ese bello cuerpo desnudo mire.


Daniel Malfanti.

lunes, 25 de enero de 2016

Abrazados bajo una lluvia de verano.

En medio de una extraña noche de verano, cae una lluvia en una noche cálida, ese suave sonido del agua golpetear mi ventana y la terraza, hace mi mente divagar como si la música la dominara, como si un piano se perdiera en una sonata.
Desde mi terraza veo a lo lejos el mar golpear en las rocas con una fuerza inusitada , en eso el agua de la lluvia golpea en mi cara, luego pienso en ella, en la humedad de sus besos, en el calor de su cuerpo, en sus manos suaves sobre mi piel.... en sus abrazos fuertes.....
La lluvia moja mi jardín como si fuera necesario inundarlo y que su lomaje se transforme en un río, mientras mi cargado limonero deja caer el agua con sus hojas como si fuera la música del mejor tamborilero, en eso siento su piel en mis manos, esa dulce piel que inundo mi mundo  y mi extasis, veo como se mueve mientras le acaricio la espalda y su sonrisa me conquista..... 
Me pierdo en la ilusión de la noche y la lluvia, y de su añorada figura....junto a sus sueños y sonrisas, como si esta noche los más bello de mi vida sea dormir junto a ella, abrazados bajo esta extraña lluvia de verano.


Daniel Malfanti
fotos: las tome yo.





sábado, 23 de enero de 2016

Un beso bajo la Luna llena.

Mientras conducía mi moto de regreso a casa en una noche algo fría por la Autopista 68, no dejaba de concentrarme en los autos de mi alrededor, pero a medida que veía como la Luna me ilumina el camino, me venían a la mente una serie de pensamientos, entre ellos la de un bello beso bajo una Luna llena, quizás a orillas del mar o en un prado verde rodeado de naturaleza. Que sensación más potente y fuerte es sentir el frío de una noche a gran velocidad y el calor de un pensamiento, el cual hace brillar la noche más oscura, como si así nos quisiera iluminar el camino en la penumbra de la noche.


No dejaba de pasar vehículos, no era el más rápido sin duda me lo dejaban en claro muchos vehículos que me pasaban y casi no podía distinguir,  pero en cada movimiento que hacia con mi pequeña moto, volvía ese beso a mi mente, pero ahora con más vida..........en una playa solitaria, donde las manos pudieran abrazar sin complicación, pudieran desplazarse bajo mi polera y sentir la piel de ella....como al mismo tiempo mis manos corrieran su blusa suavemente, para sentir su piel como seda en mis toscas manos.

 Cada cierto rato el movimiento generado por un camión que pasaba cercano me hacían volver  a la realidad, pero así y todo ese largo beso volvía  a mi mente. Sus cabellos al viento, como hilos de oro flotando en el espació, me seducían completamente, ese calor que irradiaba su cuerpo en cada suave y bello movimiento me atrapaba sin compasión.
Avanzaba por el último túnel a casa, y al salir y ver la Luna iluminar los viñedos, sentí ver sus ojos en esa playa, solo a ratos, mientras en ese largo beso los ojos se abren escuetamente como buscando ese mundo de fantasía añorado con quien a uno le arde el corazón de felicidad. ....... así sentía como sus ojos brillaban como la Luna llena, con una luz tan potente que la noche era día en esa playa.



Ya quedaba poco, en eso veo un foco a mi izquierda muy cerca mío maniobro y logro alejarme, un camión con su acoplado solo pasan a 10 o 15 centímetros de mi cuerpo, dio la curva muy rápido y mi moto en esa subida no tenia la fuerza para ir más veloz, no paso nada, solo un gran suspiro y algo de frío en la sangre. Sigo conduciendo en la oscuridad, y eso veo las luces de mi ciudad, y al fondo el mar y en el reflejado la Luna. No puedo evitar pensar y divagar con mi mente en ese maravilloso beso, ya ha sido demasiado largo, las ropas han caído y los cuerpos se funden, nadie nos ve solo esa bella Luna que ilumina nuestros cuerpos que arden bajo el placer. Ya el beso se convierte en lujuria y la noche bajo la Luna en el paraíso. 

En eso veo mi casa, mis perros y mi paz, ha sido un largo sueño conduciendo en la noche, pero quizás no tan sueño, si no un recuerdo de un  gran momento.  Entro a casa, tomo una botella ya abierta de vino, hecho un poco de ese tinto en una copa, veo mi sillón y a lo lejos el mar y una playa...... no ha sido un sueño si no que un bello recuerdo el cual saboreo junto a mi copa bajo la Luna llena de esa noche fría y extraña.
Daniel Malfanti.
pd: Fotografias que tome en la isla de Coronado en San Diego, tiempo atrás.



sábado, 16 de enero de 2016

Un beso pendiente

Beso, bella palabra de unión y pasión, tantas cosas se han hecho por un beso apasionado o de cariño. Pero que tiene que ver esto en la exploración, para mi mucho, pues sin un fuerza interior potente para volver, es probable que uno no luche con todo ante la adversidad. Luego para internarme en un nuevo lugar en los cuales requiero muchas veces ir en la más completa soledad siempre me preocupo de tener un gran motivo por el cual volver, algo que me sea tan fuerte que no haya soledad alguna o dolor tan potente que no me permita avanzar en mi retorno, algo que me motive para no equivocarme y no entrar en la desorientación. 
Es por ello que siempre debe haber un gran motivo para volver, no uno que nuble el pensamiento, pero si uno que permita pensar y de esa fuerza interior para no rendirse a la adversidad. 
En mi caso pienso en un beso pendiente, ya sea de cariño de mis hijos o de la mujer que deseo, pero como sea siempre tengo en la mente algo tan potente que jamas me haría no levantarme.





lunes, 11 de enero de 2016

La Exploración y su incertidumbre.

Hoy lunes, con una mañana gris y algo tranquila leo, que en la tierra de mis ancestros a fallecido explorando un gran buzo italiano en una caverna en Suiza, Giancarlo Borgio, un buzo un poco más joven que yo.  Al leerlo y ver su foto,  siento esa sensación que tienen quienes se aventuran más allá de los límites establecidos, que no hay limites para los sueños y no hay barrera que a uno lo detenga en su conquista, sabemos que ese camino tiene un costo, pero estamos dispuesto a pagarlo y sentir esa última inhalación de vida como significado de nuestro camino. 




Volviendo a lo que quería plantear sobre "La exploración",  es que es esta probablemente es el reflejo del alma de cada explorador, donde brotan esas inquietudes ocultas sobre el pasado, lo desconocido o aquellas cosas que leímos en viejos libros llenos de misterios que despertaron nuestra imaginación a un nivel tal, que nunca hemos dejado de soñar.  Es por ello que trazarse una ruta en busca de un objetivo se transforma en quienes exploraran como un camino sagrado, el cual puede tener pequeñas desviaciones pero no tal que a uno lo saque del camino. Sin duda Giancarlo sabia lo que hacía y los riesgos, debió entrenar muy duro y dedicar su tiempo libre en la totalidad a entrenar, un error o una falla le dio su último suspiro, pero esto no es un muro para quienes exploran y seguirán explorando, es solo una advertencia que si creen que entrenan duro deben saber que deben entrenar mas duro.


Es por ello que el grupo de personas que exploran son de un carácter especial, pueden sonar egocéntricos, duros, silenciosos e incluso muy lejanos. Por que es tal su dedicación a los que desean alcanzar que habrán muchas cosas que dejaran de lado. Pero por dentro muchas veces llevaran sus cicatrices en silencio, aquellas que la vida les ha ido dando y muchas veces llamamos experiencia, pero como se desenvuelven en un medio hostil no serán heridas superficiales si no más bien profundas y fuertes. 

Es por ello que en esa incertidumbre, aprenden apreciar lo mas sencillo de la vida, como el silencio y el sentir la brisa en la cara. O ese brazo tierno que cobija a quien lleva por dentro un herida y no puede compartirla. O quizás mejor aún, ese beso de la mujer que despierta sus sueños aunque sea en un mejilla en un buen día o en un adiós.


Los dejo, voy a arreglar mis equipos de buceo y a prepararme para sumergirme mañana nuevamente en el mar.


Daniel.